Toda Realidad Es Un Fantasma Y Todos Los Fantasmas Son Reales

Entonces le cambió la cara con pavor y desapareció entre la espesura, justo cuando escuchó la puerta de la habitación de mis padres. Siempre y cuando había una exclusiva aparición o se manifestaba alguna novedosa entidad, siempre, eran los días que menos esperabas y en la enorme mayoría de los casos, fueron días de fiesta o de alguna celebración de manera especial. Llegábamos cansados de una boda, donde me pegué una parte de ella, dormido en un sillón de cuero de una disco. Seguía estando fatigado y no recuerdo como acabé en mi habitación. Recuerdo que estaba bien entrada la noche y solo tenía una tenue luz, que se filtraba por la ventana gracias al brillo azulado de la luna llena. En ese instante escuché un crujir de la madera, que sonaba como que algo se movía dentro del armario.

Aprecié como se quedó estático al lado de la cama y justo en ese instante, sentí como una pequeña mano, me tocaba por la espalda, como tratando capturar mi atención. Mi bello se me enrizo por completo, aun por la cabeza, apreciaba como todo mi cuerpo quedó inmóvil y la boca se quedaba sin saliva. Insistió en varias oportunidades acariciando con los dedos mi nuca y tratando sacarme la sabana, pero me aferraba con las manos a ella. Me tremían los labios, mucho más que del frío, de miedo que tenía y no sabía como reaccionar a lo que me ocurría.

Te cortaron la cabeza, y la expusieron en los confines del horizonte. No voy a ser yo quien ahora te tenga miedo, si bien disfrutes de alguna potencia sobrehumano. Nombrado prefecto en Süchou, se trasladó a la localidad primordial, instalándose en el palacio de la prefectura, cuya sala de audiencia tenía popularidad de hechizada.

En vez de retroceder, Yu se lanzó de nuevo al ataque, dejando un pedazo de su casaca cortado por el golpe. Y u hundió su espada en el flanco del demonio, produciendo siempre un estruendos retumbante. El herido se desplomó en tierra, quedando expuesto a los golpes que le cayeron sin piedad, y no tardó en expirar. Una de esas noches me sorprendió sin la sabana y fue de una de mis vivencias mas horripilantes.

Miró a los lados y entró despacio, mirando detalle a detalle todo cuanto le rodeaba. Estaba en el pasillo, intrigada y algo inquieta, si bien también segura de sí a sabiendas de que hacía lo acertado en saber la verdad de lo que le sucedía. Kazumi volvió a rasgarse los ojos al regresar a abrirlos la mujer seguía allí, inmóvil, mirándola… Pasaron unos minutos mirándose, y después la mujer fue desvaneciéndose hasta ocultar. El Espíritu contemplaba a Kazumi como quien mira a alguien querido. Extendió una mano, intentando decirle algo, si bien lo único que logró fue atemorizar mas a Kazumi.

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Sí, tú asimismo lo sientes aunque lo niegues. Está ahí, acoplado a tu mente, acompasado a tus latidos. Por el hecho de que su mayor virtud es hacerte opinar que puedes dominarlo para, de esa forma y en el instante menos pensado, hacerte ver la cruda realidad y dejarte caer a su abismo sin remedio. Lo percibo en cada cara que me mira por la calle, en los silencios de quien me habla o en las expresiones que logre vocalizar. Ahora lo hizo otras veces, pero mis esfuerzos por derrotarlo siempre acaban por hacerle sucumbir. Ya no me quedan energías, todas y cada una se me están agotando.

No puede ser, ayer de noche estube con él, aqui esta su camisa que me puso sobre los hombros, yo estube en sus brazos, nos conocimos en el baile, nos enamoramos. Golpeo delicadamente, se habre la puerta y sale una mujer de precisamente 45…46 años. Llego el momento del regreso, viajaba al día después muy temprano, conque nos despedimos esa tarde…Nos hicimos mil promesas. Al acompañarme hasta la casa de mis abuelos, yo senti un escalofrío y el cubrió mis hombros con su camisa. Esa noche de verano, Mariela persuadió a mi madre a fin de que me dejara ir al baile, que se hacia todos los domingos en el Club del pueblo. Como quien le ha visto la cara al lobo pero jamás se rendirá.

Gente

“Deben ser exquisitos para acompañar mi garrafa de vino, cuyo gusto será bien relevado por un alimento suculento”. Tomó un martillo y aplastó a los dos sapos. Los miembros de su familia comenzaron a sollozar, pero él, sin conmoverse, preparó alegremente ese plato fabuloso y lo comió rociado de buen vino. Tenuemente ebrio, se acostó satisfecho y con ganas de reposar. El dueño de casa lo introdujo en la vivienda, mostrándole un espléndido dormitorio, con una despensa bien surtida, y se retiró. Entonces Wei dio a su sirviente la orden de llevar el caballo al establo, de encender lumbre en el salón de honor y preparar la comida.

Somos insuperables precisamente porque nuestra teoría, nuestra estrategia y nuestra táctica reflejan verídicamente las leyes que rigen el avance de la realidad objetiva. Lo mismo que en frente de los contrincantes, debemos menospreciar estratégicamente y al tiempo tomar muy en serio tácticamente las adversidades y los reveses con que tropezamos en nuestro trabajo. Todas estas dificultades y reveses que se muestran en el trabajo innovador no pasan de ser fenómenos usuarios, óbices y zigzags en el sendero de avance. Son susceptibles de vencer y mudar, pues todos los objetos y fenómenos tienden a cambiar su lugar por el de sus contrarios y a transformarse en sus contrarios. En este sentido debemos tomarlos seriamente en cuenta.

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Y los de la noche, siguen siendo los mucho más perversos. Pero los espectros, fantasmas, espíritus, como quieras llamarlos, están aquí, al lado de nosotros, conmigo, a mi lado, en este momento, mientras escribo esto que en este momento lees. La seño de la biblioteca sintió que ese día lo hizo bien. No utilizaba el nuevo uniforme, solitario, su piel blanca ,contrastaba con sus pelos enrulados que le caían hasta los hombros, sus ojos verdes ,prácticamente grises fijaban su mirada triste. Sus manitos daban a conocer dedos finos y prácticamente transparentes. Él niño,le llegaba precisamente a la altura de su cintura,a la seño de la biblioteca.

Desarrollado por los espectros de los niños que asesinó. La célula —De alguna forma— se enteró de nuestro plan, y secuestró a todos los pequeños que habían acudido aquel día a la escuela. Les pusieron un arma entre las manos y los forzaron a disparar, a punta de pistola. Esa noche Rafa estaba presto a acabar con su insomnio. Alterado, inquieto, ansioso por el hecho de que va a llegar la hora. Se caía de sueño, ya ni se acordaba de cuando durmió bien por última vez.

Llegó en un coche sencillo que daba cuenta de una situación completamente extraña a las habladurías que llegaron a oídos de sus padres. Todos saben que el hijo ingrato, olvidó su origen, alguna vez alguien lo vio en la localidad, engalanado por un golpe de suerte, que le dio la ventura de vivir cómodo y con algunos lujos, todos se quedaron con esa iniciativa. Se lo afirmaron a Pedro, mas su reacción fue de enojo, ya que nunca concibió que aquel jóven al que amaron y le prodigaron, dentro de su pobreza, lo preciso y escencial, fuera con la capacidad de ser tan vil y abandonarlos. Voy a morir y me convertiré en un «succionador».

Es la primera vez que alguien elige un escrito mío. Nuevamente procuraron realizar pasar la locomotora y otra vez volvió a ocurrir lo mismo. Al llegar finalmente, vi que en su interior como en un extenso espacio en torno a los rieles, medraban plantas aromáticas, algunas de ellas completamente ignotas.

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Y es de ahí donde saco el valor de comunicar con todos ustedes, mis mas ocultos y temibles misterios. Bueno, ahora dejo de enrollarme y les relato pues el título de esta historia lleva por nombre “Bobby” y, aunque suene poco a hecho fantasmagórico, se que mas de uno, no dormirá igualmente bien. Pero antes de deciros que es Bobby, os voy a contar que ocurrió tiempo atrás.