El almacenamiento o ingreso técnico es necesario para la intención lícita de almacenar preferencias no pedidas por el abonado o usuario. Wes Anderson y Owen Wilson, coautores de The Royal Tenenbaums así como de Rushmore y Bottle Rocket , son buenos amigos de mi hermano Brian. Asimismo dijo que Brian -un ex deportista de voz suave al que llamaban “el Baumer”- es en parte la inspiración de Richie Tenenbaum, el ex vencedor de tenis de voz suave que interpreta en la película el hermano de Owen, Luke Wilson. Wes mencionó que empleó mi nombre para el personaje de Gwyneth pues, bueno… le gustaba mi nombre. Para garantizar el anonimato, Google+ convertirá su información en anónima truncando la dirección IP antes de almacenarla, de manera que Google plus Analytics no se usa para localizar o conseguir información personal identificable de los visitantes del ubicación.
Y lo son en tal medida, que, si hay algo que caracteriza el cine andersoniano para algunos teóricos cinematográficos, es lo raro, lo quirck que habita en él . Dueño de un particular talento para la creación de atmosferas que lindan con lo absurdo o extraño, Anderson ha producido ciertas mucho más visibles películas del cine independiente estadounidense de la última década, el denominado indiewood . Lo observamos asimismo en Un reino bajo la luna , cinta en la que se muestra la narración de un amor precoz y también incondicional en la mitad del ámbito claustrofóbico e hiperconservador de una isla británica a lo largo de los años sesenta.
Solo Eli Cash , un vecino que únicamente ha esperado ser un Tenenbaum mucho más desde su infancia, ha conseguido cierto éxito de ventas con sus proyectos literarias, si bien la crítica sea despiadado con ellas. Las mejores películas de Wes Anderson, y asimismo las menos mejores, siempre alcanzan sumergirnos en un novedoso universo. Un planeta de imágenes con perfección simétricas, colores pastel, individuos excéntricos, aventuras surrealistas y enormes canciones.
En la galería de excéntricos capaces de arrancarle a un espectador sonrisas y lágrimas se encuentran LOS TENEMBAUMS, una familia de marcianos que podrían rivalizar con cualquier creación de P. G. Woodhouse, John Irving o los “english eccentrics” (ingleses excéntricos) que detalla Edith Sitwell en el libro homónimo. Todos los miembros de la familia Tenenbaum serían seres a puntito de resultar inviábles si no fuese por el hecho de que tienen problemas tan banales como faltas afectivas, miedo, rencor o uno cualquier de esos sentimientos que se empeña en arrastrar la gente habitual. La película muestra el retrato de una familia neoyorquina de principios de los años setenta. Un retrato que resulta ser —recurriendo a determinada terminología en rema— una suerte de “psicograma de una familia disfuncional” que cobija dentro suyo inconvenientes éticos y psicológicos, junto a pretensiones artísticas, comerciales y deportivas. Cómo podría imaginar Wes Anderson en aquel 1998 que Bill Murray se iba a transformar en una figura fundamental de sus películas, de \’Life Aquatic\’ a \’La crónica francesa\’.
Las Diez Películas De Wes Anderson, Ordenadas De Peor A Mejor
Personajes como, por poner un ejemplo, Eli (Owen Wilson / James Fitzgerald), un vecino y amigo de los chicos que desde hace tiempo ha querido ingresar en la familia, o Rachael, la trágicamente fallecida mujer de Chas, a quien Royal ignora en una visita al cementerio donde está la tumba de ella. En este sentido percibimos, por servirnos de un ejemplo, el empleo de una cámara que se desplaza pulcra y controladamente como si registrase la vista de un laboratorio o de una vigilada casa de muñecas. Una cámara que enseña la anacronía de ciertos objetos junto a la contemporaneidad de otros a través de una imagen que mezcla en su composición elementos artesanales y digitales y que remarca, a su través, el carácter híbrido y liminar de esta cinematografía que acerca y que distancia, simultáneamente.
Un día, después de haberse separado de su marido, Etheline Tenenbaum escoge, para educar a sus hijos, transformarlos en genios. La cosa sería extraordinaria, prácticamente perfecta, si no fuese pues la precariedad es la nota común en quienes, sean una cosa o la otra, genios o seres mediocres, sienten las veleidades de sus corazones; lamentablemente, los Tenenbaum no son una excepción en ese sentido. Su historia, de hecho, empieza bajo el signo de la disolución, cuando Royal , el padre, deja el hogar familiar después de haber sido rechazado por su mujer gracias a sus continuas infidelidades.
Ver Los Tenenbaums Una Familia De Genios 2001 Online
Gracias a esta constatación, a esta singular certeza escencial, Royal se transforma en la caja de resonancia de inconvenientes y problemas que, en la cinta, desafían de manera directa lo convencional. Un cine de travellings radiográficos que muestran el acontecer simultáneo en un barco, una vivienda o un tren y que ofrecen, desafiando y fascinando la mirada espectatorial a través de una acumulación de perspectivas, una secuencia de mundos que conviven paralelamente. Raramente, el creciente barroquismo del espacio fílmico andersoniano, espacio cargado de elementos legendarios, literarios y populares, es equilibrado por medio de una especie de minimalismo en el control del empleo de los medios de su producción.
De este modo, transcurrido un tiempo los Tenenbaum van conociendo en sí mismos su deriva escencial al cabo de los años, justo en el momento en que termina el prólogo y comienza la auténtica historia del largo. Margot , de todos modos una hija adoptada por la familia Tenenbaum, se encierra ahora mayor en el baño de su casa para poder ver la televisión horas y horas y para fumar en secreto, mientras su marido, el neurólogo Raleigh St. Clair , llama a la puerta. Chas no es con la capacidad de sobrepasar la pérdida de su mujer, que murió hace un año en un incidente de aviación, y asalta todas y cada una de las noches el sueño de sus hijos con ensayos de evacuaciones en el caso de fuego o cualquier otro peligro. Y Richie es un ídolo caído después de ser un auténtico terror en las pistas de tenis, donde fue campeón nacional durante varios años, hasta que Margot, su hermanastra, de quien siempre y en todo momento ha estado enamorado, anunciase su boda con Raleigh.
El almacenaje o acceso técnico que es usado exclusivamente con fines estadísticos. Con diversas influencias, como la película de Louis Malle de 1963, El fuego interior, y la de Orson Welles de 1942, Los espléndidos Amberson, la historia trata temas de la familia disfuncional, la grandeza perdida y la redención. Un sentido del humor absurdo e irónico empapa la película, que tiene una banda sonora publicada posteriormente en dos álbumes. El resultado fue la constatación de un nuevo aprecio por el cine que contribuiría a una carrera, a una afición y, en ocasiones, a una obsesión. A través del celuloide contemporáneo de Los Tenenbaums me percaté, considerablemente más a fondo, de lo que provoca que una película sea un “clásico”. El siguiente link es una web externa proporcionada por nuestro usuario en su perfil.
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Los Tenenbaums
Premunidas de un elaborado diseño de producción, las cintas de Anderson suelen estar hechas sobre la base de una imagen que conjuga, por poner un ejemplo, el anacronismo de elementos, de ocasiones y de personajes con la sofisticación de una puesta en escena minuciosamente planificada. Quizás ver el cine de Anderson represente, para un tipo de espectador habituado a la lógica transparente y causal del cine clásico hollywoodense, un acto mucho más bien deducible dirigido a dilucidar —a posteriori— los posibles desarrollos trágicos y temáticos contenidos en la película vista antes. Wes Anderson es uno de los enormes cineastas de nuestro tiempo, y de ahí que celebramos su filmografía ordenando todas sus películas de peor a mejor, según las notas en IMDb. Los tres hijos de la familia Tenenbaum han señalado desde muy jóvenes como reales prodigios en diferentes materias. Margot fue una dramaturga de prestigio, su hermano Richie ganó el campeonato de tenis de Estados Unidos varios años seguidos y Chas tenía talento en las finanzas. Pero en este momento los tres pasan por un mal instante y el rencuentro con su padre abrirá viejas lesiones.
Los mundos andersonianos aparecen, así, como singulares artículos de un ejercicio de control cósmico dirigido a domesticar fílmicamente un caos o un absurdo seminal. Si bien no la mejor (según esta lista, por lo menos), esta puede ser considerada la película mucho más icónicas de Wes Anderson, así sea por el legendario y diverso vestuario de todos sus personajes o por alguna de sus escenas mucho más memorables. El fracaso, la depresión, el miedo y el suicidio parecen las bases de este imposible pero, de algún modo, verdadera grupo de personajes.
D. Salinger donde se retrata la vida sensible y también intelectual dos talentosos hermanos. Ahora hacia el final, Anderson retoma su veta más barroca y nos entrega unos cuantos secuencias en las que transporta la historia de historia legendaria tramada en el seno de esta familia citadina, al chato de su consumación narrativa y audiovisual. Un desafío que se evidencia, por poner un ejemplo, desde lo que Royal comprueba tras haber sido descubierto en su maquinación, en el momento en que afirma que, gracias a su simulación, ha podido conseguir la certeza de haber vivido “los días mucho más felices de su vida”. Psicograma y núcleo que Anderson compone y devela con ayuda de, por servirnos de un ejemplo, el recurso a lo cromático, como lo vemos en el paso del colorado de la ira al negro de la tristeza en los trajes de deportes de Chat y de sus hijos. Los diversos géneros de frustración, expresados en sentimientos que van desde la furia hasta la tristeza, son canalizados y expresados en la cinta a través de un cine que se sirve de elementos de distinta naturaleza para crear esta suerte de psicograma fílmico. Anderson trama en la cinta un juego de cercanías y distancias, de inclusiones y exclusiones, tomando para ello el núcleo psicoafectivo de una familia en persistente ebullición.
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